Para los que esperaban esperanzados un curso diferente a la guerra, el ”nuevo” gobierno de JM ”La Hiena” Santos se encargó de acabárselas: ”El diálogo y posibles salidas negociadas de paz no están en la agenda de Gobierno Nacional”, señaló en mindefensa Rivera a la cadena RCN (Ya ayer colgábamos la frase de Santos sobre la guerra, que es la imágen del artículo, y nos preguntábamos: Le creemos?).
En NotiColombia Press hemos puntualizado sobre el significado de la Paz y ya concluíamos que el ”nuevo” gobierno de Santos era la continuidad del de Uribe, Uribe III, y que la oligarquía continuaría por la senda de la guerra, como en efecto ha sucedido.
Es necesario enfatizar que la oligarquía colombiana -y el imperio quien es quién realmente manda en este país- nunca se ha sentado a la mesa de diálogos por su gusto sino obligada por las circunstancias. Circunstancias político-militares.
En Caracas y Tlaxcala fue obligada por las acciones de la insurgencia armada, y ésta ventanita fue cerrada por César Gaviria con el bombardeo de Casa Verde en 1990.
En el Caguán fue obligada a sentarse por los contundentes golpes propimados por las FARC, golpes que desmorolizaron la tropa oficial. Una vez conseguido el propósito de ganar tiempo para adelantar la reingenería de las fuerzas militares, el imperio estadounidense sacó el Plan Colombia el cual fue aplicado gustoso por Andrés Pastrana y continuado por Uribhitler.
Hoy el imperio gringo y la oligarquía colombiana están preocupados por el resquebrajamiento estatal de Colombia y trata de solucionar los problemas pegándole ”nuevo ladrillos al viejo edificio” del estado, resquebrajamiento que fue adelantado por Uribhitler en sus intentos de institucionalizar el narco-paramilitarismo, es decir, legalizar el narcotráfico y las bandas de paramilitares, utilizados para adelantar las tareas sucias del Terrorismo de Estado.
Santos como parte de la oligarquía habla de paz, de concordia, de ”la guerra no está en mi lenguaje”, pero define el curso de guerra en nuestro país, curso que es determinado definitivamente en los centros de poder imperiales de Washington. Por ello no extraña que el mindefensa Rivera salga ahora con la declaración de que ”la paz y salida negociada no están en la agenda” del gobierno y por el contrario anuncie ”guerra, guerra, guerra”, como si no estuviéramos en las mismas desde 1964.
Evidentemente que ésta posición guerrerista de JM ”La Hiena” Santos y su equipo oligárquico-imperial será hecha trizas por el accionar de la insurgencia armada, que junto al pueblo colombiano adelantarán las acciones de lucha necesarias para imponer diálogos para alcanzar la paz en Colombia. No hay plan militar gringo que pueda vencer un pueblo decidido a la lucha por sus más sentidas reivindicaciones y la oligarquía ha pretendido ”quitarle el agua al pez” no solo con las violaciones de derechos humanos aplicadas al pueblo a través del Terrorismo de Estado del Plan Colombia, sino adelantando programas ”sociales” que le peleé las masas a la insurgencia, sin entender que el pueblo es uno solo y que la esencia profundamente corrupta de la clase política dará al traste con sus esfuerzos.
Así las cosas, la guerra continuará indefinidamente en Colombia hasta tanto el imperio gringo no se convenza de su inutilidad o hasta el desplome total del imperio estadounidense, desplome que cada día que pasa se ve más cerca y más palpable el triunfo revolucionario del pueblo. Son la oligarquía colombiana y el imperio estadounidense quienes determinan la continuidad de la guerra en Colombia.
El pueblo colombiano debe prepararse para ésta contingencia y debe seguir adelante su lucha combinando acertadamente todas las formas de lucha de masas que enfrente la aplicación de las formas de lucha adelantadas por la oligarquía contra el pueblo, a fin de lograr una Nueva Colombia en paz, con justicia social, libertad, democracia, independencia y soberanía nacional.
Sólo así se callarán los clarines de guerra que sigue sonando la oligarquía colombiana y el imperio estadounidense.
/alp
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